San José ayúdanos a ser fieles a Jesús, como tú



«La fe es la garantía de los bienes que se esperan, 
la plena certeza de las realidades que no se ven»
 Hb. 11, 1


Cuando una persona tiene fe, posee algo invaluable, algo que actúa como un baluarte impenetrable en contra de los sufrimientos y dificultades de la vida. Piensa en alguien de gran fe que conozcas. Es como si esta persona estuviera hecha de algo sobrenatural, como si no vivieran bajo las mismas normas, máximas y valores que encontramos comúnmente en este mundo.

Las personas de fe tienen una determinación que desafía lo que la mayoría considera aceptable. Sin importar la época o la circunstancia, viven con una brújula que apunta a Dios y son capaces de sobrepasar cualquier obstáculo y de dejar a un lado cualquier cosa que los separe de su camino espiritual. No tienen miedo a rechazar muchas cosas que la vida les ofrece.

San José es el modelo de este tipo de fe. José supo, con una certeza que va más allá de la razón humana, que la voz de Dios le dijo que tomara a María como su esposa; él respondió con una fe generosa. Su fe nunca flaqueó en medio de toda la incertidumbre y dificultades en la vida de la Sagrada Familia.

Nunca dudó de la divinidad de Jesús o de su poder para vencer al mal. Para el mundo, Jesús era un niño ordinario, pero San José sabía que ese niño era Dios.

El gran temor de cualquier padre y de algunas madres es no poder proteger y proveer a su familia. Los padres también tienen que enfrentarse con las innumerables amenazas que acechan a sus hijos en la esfera espiritual y moral:

¿Qué van a ver en la televisión cuando vaya a casa de su amigo? ¿alguien les enseñará pornografía desde su teléfono?, ¿a qué miradas malintencionadas o a que comentarios vulgares se enfrentarán sus hijas?, ¿a qué acoso o presión social hacia el mal estarán sujetos?

En muchas de estas situaciones, los padres no podrán estar presentes para proteger a sus familias. Por lo tanto, debemos usar las armas espirituales disponibles para nosotros como poderosas defensas: La Eucaristía, el Santo Rosario, la invocación a San Miguel Arcángel y por supuesto a nuestros ángeles de la guarda y de aquellos ángeles que Dios ha asignado para cuidar a los miembros de nuestras familias.

Sin olvidar de la intercesión de nuestro padre espiritual, San José. Él sabe qué es ser padre y cómo proteger a su familia de las amenazas que quieren acabar con ella.

Tareas de hoy: Reflexiona el pasaje de Efesios 6, 10-17, “La armadura de Dios para el cristiano” y después escribe una pequeña oración a tu ángel de la guarda pidiéndole ayuda para que estés consciente de la presencia de Dios en tu vida, de sus armas espirituales y de su ayuda celestial.

Criar a un hijo en la actualidad como católico fiel requiere de una fe proporcional: entre más grave el peligro, más fe es requerida. Por eso, pidámosle a San José que como padre espiritual nos ayude a proveer y cuidar a nuestras familias: San José, fidelísimo, ¡ora por nosotros y por nuestras familias! ¡Amén!.