Padre en la ternura

Bajo el nombre de “Padre en la ternura” meditamos cómo “la ternura de José sigue viva a través de aquel Hijo que creció bajo su techo y qué tanto se le parece”.

Opus Dei - «Padre en la ternura»

José arropó a Jesús, lo tomaba en sus brazos, le enseñó a caminar. Cuando un padre ve a su hijo, siente ternura, y José, al ver a Jesús, también la sintió, también se conmovió con él.

La misión principal de los padres es preparar a los hijos para que ellos, a su vez, puedan encontrar y llevar adelante la suya propia. José, a través de su tierno cuidado, preparó a Jesús en sus primeros pasos en la tierra.

Padre en la ternura: Dios nos quiere a través de nuestras debilidades

PODCAST del padre Juan Irarrázabal, de 10 minutos con Jesús América latina.
@10minconjesusal

Papa Francisco: aceptar nuestra fragilidad
COMO UN PADRE SIENTE TERNURA POR SUS HIJOS, ASÍ EL SEÑOR SIENTE TERNURA POR LOS QUE LE QUIEREN, POR LOS QUE NOS SENTIMOS HIJOS SUYOS

Cuántas veces, al ver a Jesús, el santo patriarca se habrá asombrado pensando: ¡qué bueno es Dios! ¡Qué amable y tierno! ¡Qué paciente y cercano a nosotros! 

La paciencia y la comprensión son características fundamentales que todo padre –y, en general, todo maestro– debe tener, especialmente ante los defectos propios y ajenos; pues «debemos aprender a aceptar nuestra debilidad con intensa ternura. El Maligno nos hace mirar nuestra fragilidad con un juicio negativo»[1]

Al contrario, debemos descubrir, una y otra vez, lo positivo en nosotros y en los demás, pues así se acerca Dios a nuestra vida: «La verdad que viene de Dios no nos condena, sino que nos acoge, nos abraza, nos sostiene, nos perdona. La verdad siempre se nos presenta como el Padre misericordioso de la parábola: viene a nuestro encuentro, nos devuelve la dignidad, nos pone nuevamente de pie»[2]

No hay nada que anime más a mejorar la conducta que el aliento, la palabra amable, la comprensión ante la debilidad.

San Josemaría: de la mano de María y José, a Jesús
San José aprendió de su hijo, que era Dios, a ver el mundo con compasión y ternura. 
Decía san Josemaría: «José era un gran cariño de Jesucristo; María era su Madre, a la que quería con locura. Pues vamos a tener nosotros una devoción grande a San José, una devoción tierna, delicada, fina, afectuosa. Le llamamos Padre y Señor nuestro: ¡pues vayamos a él como hijos, constantemente! Y, por él, a María, dialogando con los dos. ¿Habéis visto esas representaciones de la Sagrada Familia con el Niño en el centro, la Virgen a la derecha y San José a la izquierda, dándose la mano? Pues esta vez somos nosotros los que nos cogemos de la mano de María y de José, y así nos llevarán hasta Jesús»[1].

Para meditar y rezar
En el taller de José: La misión principal de los padres es preparar a los hijos para que ellos, a su vez, puedan encontrar y llevar adelante la suya propia. José, a través de su tierno cuidado, preparó a Jesús en sus primeros pasos en la tierra.
JESÚS ES CAPAZ DE DARSE CUENTA DE QUIÉN ES EL QUE MÁS LO NECESITA, LA TERNURA QUE DESBORDA SU CORAZÓN LO MOTIVA A ACERCARSE MISERICORDIOSAMENTE AL QUE MÁS LO NECESITA. Y ESO LO APRENDIÓ DE SUS PADRES


Para escuchar



 Se recogen distintas intervenciones de san Josemaría, en encuentros con personas de América y España. También está la transcripción de sus palabras.
Himno a san José, Canto Católico.

Para ver
Cuatro ideas del Papa Francisco sobre la familia para el Año Amoris Laetitia

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[1] San Josemaría, Notas de una reunión familiar, 27-IX-1973.
[2] Ibíd.