Padre en la acogida

En el año dedicado a San José, Opus dei ha preparado  esta serie #QuieroSerComoTu, basada en la carta apostólica "Patris Corde", en la que se destacan 7 de las cualidades del esposo de María.
Este es el primero de ellos.

Opus Dei - «Padre en la acogida»
“La fe que Cristo nos enseñó es, en cambio, la que vemos en san José, que no buscó atajos, sino que afrontó “con los ojos abiertos” lo que le acontecía, asumiendo la responsabilidad en primera persona”. Patris corde, 4. 

San José se desenvuelve en situaciones normales: en el trabajo, en la familia, en la vida ordinaria... y allí es donde aprende a acoger y a hacer vida el don de Dios. Esta actitud es necesaria para todos los cristianos. Al santo patriarca podemos pedirle que renueve nuestra mirada y nuestro corazón para tener la frescura de abrirnos a los dones y planes divinos.

Padre en la acogida: sin miedo a los planes de Dios


PODCAST del padre Juan Irarrázabal, 
de 10 minutos con Jesús América Latina. @10minconjesusal

Papa Francisco: el Señor da la fuerza para acoger la vida
Todos estamos llamados a formar hogares que, imitando al de Cristo, abran sus puertas de par en par. Acoger es tener la valentía de recibir con ternura, reconocer lo bueno, promover, tener iniciativa, no resignarse a la comodidad de lo conocido ni ceder a la pasividad. Acoger es tener una disposición habitual de estar siempre abierto a las necesidades de los demás. José «es un protagonista valiente y fuerte. La acogida es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo» [1].

 El santo patriarca es un hombre fiel que se abre, en primer lugar, a la voz de Dios. Pero también acoge el claroscuro de la historia en la que se ve inserto, acoge los desafíos que el mundo y las personas que le rodean plantean a su misión. «El realismo cristiano, que no rechaza nada de lo que existe, vuelve una vez más. La realidad, en su misteriosa irreductibilidad y complejidad, es portadora de un sentido de la existencia con sus luces y sombras. Esto hace que el apóstol Pablo afirme: “Sabemos que todo contribuye al bien de quienes aman a Dios” (Rm 8,28). Y san Agustín añade: “Aun lo que llamamos mal”. En esta perspectiva general, la fe da sentido a cada acontecimiento feliz o triste»[2].

San Josemaría: la entrega sin condiciones de José
«Mirad cuál es el ambiente donde Cristo nace –nos sugería san Josemaría–. Todo allí nos insiste en esta entrega sin condiciones: José –una historia de duros sucesos, combinados con la alegría de ser el custodio de Jesús– pone en juego su honra, la serena continuidad de su trabajo, la tranquilidad del futuro; toda su existencia es una pronta disponibilidad para lo que Dios le pide (...). En Belén nadie se reserva nada. Allí no se oye hablar de mi honra, ni de mi tiempo, ni de mi trabajo, ni de mis ideas, ni de mis gustos, ni de mi dinero. Allí se coloca todo al servicio del grandioso juego de Dios con la humanidad»[3] 

Para poder acoger la realidad y a las demás personas tal como lo hizo el santo patriarca, necesitamos abandonarnos en la seguridad de Dios antes que en la nuestra; así nos dispondremos a aprender de todos y de todo, también de nuestros errores, porque detrás siempre descubriremos un susurro divino.

A san Josemaría le gustaba fijarse en que san José busca continuamente la mejor manera de cumplir los planes divinos, que han pasado también a ser los suyos; «coloca al servicio de la fe toda su experiencia humana. Cuando vuelve de Egipto oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá. Ha aprendido a moverse dentro del plan divino y, como confirmación de que efectivamente Dios quiere eso que él entrevé, recibe la indicación de retirarse a Galilea»[4]

En nuestro camino por llevar adelante la misión que Dios nos ha encomendado tendremos tanto avances como retrocesos. Pero también en los momentos que pueden parecer malos podemos descubrir la voz de Dios que nos consuela, nos instruye y nos ilumina.

Para meditar y rezar San Josemaría nota que el santo patriarca «aprendió poco a poco que los designios sobrenaturales tienen una coherencia divina, que está a veces en contradicción con los planes humanos»[5] 

 Por esto, necesitamos pedir la sabiduría del padre terreno de Jesús para aprender a comprender esa lógica divina; y así acoger, como venidos de Dios, a las personas y los eventos que nos rodean.

Para escuchar 
San José, en palabras de san Josemaría: en este audio se recogen distintas intervenciones de san Josemaría, en encuentros con personas de América y España. También está la transcripción de sus palabras.


  Mons. Fernando Ocáriz ha aconsejado "ensanchar el corazón para acoger a los demás" durante su viaje pastoral por Canadá.

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[2] Ibíd
[3] San Josemaría, Carta 14-II-1974, n. 2. 
[4] San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 42.
[5] Ibíd 
Ilustración @lukalousec