Y además de este tiempo para exaltar la figura del padre adoptivo de Jesús y esposo de la Santísima Virgen, el Santo Padre, a través de las instituciones eclesiásticas correspondientes (Penitenciaría Apostólica) ha concedido la Indulgencia Plenaria durante todo el año (8 de diciembre de 2020 hasta el 8 de diciembre del 2021) que los fieles podrán aplicar cada día para algún difunto o para sí mismos.
¿Cuáles son las condiciones para acceder a esta Indulgencia Plenaria?
Por un lado están las condiciones habituales para estos casos y que son:
- - Ir a Misa, realizar la confesión sacramental con un sacerdote y comulgar.
- - Rezar el Padre Nuestro y el Credo.
- - Rezar por las intenciones del Sumo Pontífice.
Puede obtenerse por alguna de estas acciones piadosas:
- 1. Meditar treinta minutos la oración del Padre Nuestro o participar de un retiro espiritual o una jornada con meditaciones sobre San José.
- 2. Sobre el ejemplo de San José, realizar una obra de misericordia corporal o espiritual para otra persona.
- 3. Rezar el Rosario en la familia o entre los novios.
- 4. Confiar cotidianamente tus actividades a la protección de San José e invocarlo para que quienes están en la búsqueda de empleo consigan uno digno.
- 5. Recitar las letanías de San José u otras oraciones al santo, por la Iglesia perseguida y alivio de todos los cristianos que padezcan alguna forma de persecución.
- 6. Rezar cualquier oración a San José legítimamente aprobada por la Iglesia o realizar un acto de piedad en honor a San José.
El tiempo durante el cual se puede obtener esta gracia es todo el Año de San José, y muy especialmente en determinadas fechas especiales: del 19 de marzo al 1 de mayo; el día de la fiesta de San José (19 de marzo); más todos los días 19 y todos los días miércoles, que son dedicados al santo.
A continuación se transcriben dos oraciones para rezar a san José.
Oración del papa León XIII
A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación y después de invocar el auxilio de tu santísima Esposa, solicitamos también, confiados, tu patrocinio. Por aquella caridad, que con la Inmaculada Virgen María Madre de Dios te hizo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benignos los ojos a la herencia que con su sangre adquirió Jesucristo y con tu poder y auxilio socorras nuestra necesidades. Protege, providentísimo custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo.
Aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción, asístenos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas, y como en otro tiempo libraste al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora defiende a la Iglesia santa de Dios de las acechanzas de sus enemigos y de toda adversidad; y a cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.
Oración por los refugiados
Padre, Tú encomendaste a san José lo más valioso que tenías: el Niño Jesús y su Madre, para protegerlos de los peligros y de las amenazas de los malvados. Concédenos también a nosotros experimentar su protección y su ayuda.
Él, que padeció el sufrimiento de quien huye a causa del odio de los poderosos, haz que pueda consolar y proteger a todos los hermanos y hermanas que empujados por las guerras, la pobreza y las necesidades, abandonan su hogar y su tierra, para ponerse en camino como refugiados hacia lugares más seguros.
Ayúdalos, por su intercesión, a tener la fuerza para seguir adelante, el consuelo en la tristeza, el valor en la prueba. Da a quienes los acogen un poco de la ternura de este padre justo y sabio, que amó a Jesús como un verdadero hijo y sostuvo a María a lo largo del camino.
Él, que se ganaba el pan con el trabajo de sus manos, pueda proveer de lo necesario a quienes la vida les ha quitado todo y darles la dignidad de un trabajo y la serenidad de un hogar. Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo, que san José salvó al huir a Egipto, y por la intercesión de la Virgen María a quien amó como esposo fiel según tu voluntad. Amén.