¡Este mismo Dios infinito, que los ángeles no alcanzan a adorar según merece, ha llamado a un hombre, a un pobre carpintero para que lo cuide, gane su pan y lo cargue en sus brazos!
Si los ángeles fuesen capaces de concebir la envidia ¿quién mejor que San José podrían provocar en ellos este mal pensamiento? Pero fueron los ángeles quienes estallaron en alabanzas a la vista del sublime ministerio que le había sido confiado.
Ángel
Aunque Jesús disponía del servicio de los Ángeles, los doctores enseñan que tuvo Ángel guardián, y que el oficio propiamente de este Ángel fue reservado a San José. Fue con este título debió proteger contra la crueldad de Herodes la vida del Verbo encarnado, y que buscó con tanta ansiedad durante tres días, al divino Niño perdido.
De ahí, también, la solicitud con la que cumple su rol durante el viaje a Egipto y los peregrinajes anuales a Jerusalén, previniendo todo accidente, incluso toda incomodidad, en los pasajes difíciles, dirigiendo lo mejor posible la modesta montura de la que se servía María, a partir de la tradición Armenia en sus desplazamientos.
Arcángel
Muchos santos han llegado a pensar que José advirtió a los Magos, en nombre de Dios, para que no volvieran a pasar por la corte de Herodes, y que cumplió una verdadera misión de Arcángel, al transmitir a María las divinas comunicaciones recibidas durante su sueño.
Principado
El ministerio de los principados consiste en dirigir a los ángeles inferiores. Ahora bien, la Virgen es la Reina de los Ángeles. Si José ejerció la autoridad sobre su Esposa, se trató de un gobierno muy superior al de los Principados.
Potencia
Las Potencias representan la omnipotencia divina y son los instrumentos de los que se sirve para abatir el orgullo de sus enemigos. Si es así, ¿no se puede decir que José fue una Potencia, él que estuvo asociado a la acción explosiva de la suprema justicia, cuando todos los ídolos de Egipto cayeron al acercarse la Sagrada Familia?
Virtud
Las maravillas que Dios hace en el mundo para probar que es infinito, las opera por medio de las virtudes. A esos ángeles se debieron la detención aparente del sol, en tiempos de Josué y la lluvia del maná en el desierto. Ahora bien, no ha habido milagro más grande que la vida de Jesús, que fue confiado al ministerio de José. Entonces, a él corresponde, con mayor justicia, que a las Virtudes atribuirle el poder de los milagros.
Dominaciones
Servir a Dios es reinar: reinar sobre esas potencias interiores, sobre la carne, el mundo y los demonios. Igualmente se llama dominaciones a los ángeles que carecen de sujeción, aun de otros ángeles. Ahora bien, lejos de estar sometido a otras creaturas, José tuvo bajo sus órdenes al hijo de Dios y la Reina del universo. Se puede decir entonces, que ningún ángel ejerció un imperio igual de noble que el suyo y que, sin lugar a dudas, cumplió el oficio de las dominaciones.
Trono
Corresponde a los Tronos llevar a Dios. Son las sedes donde pronuncia sus juicios, las cátedras donde enseña al mundo. Ahora bien, José comparte esa prerrogativa. Cuando Jesús niño, lo cargó sobre sus espalda y lo llevó en sus brazos. Lo tuvo sobre sus rodillas y apretó contra pecho a quien debe juzgar a los vivos y a los muertos
Querubín
Todos los coros de los Ángel contemplan al Dios Altísimo. No obstante, se llama querubines a aquellos cuyo oficio particular es la contemplación, y que están especialmente aplicados a los inefables secretos de la sabiduría eterna.
Ahora bien si se tiene en cuenta de los misterios del Verbo encarnado, que le han sido revelados, y su relaciones tan íntimas y tan prolongadas con el Depositario de los secretos divinos, ¿José no sería digno de llevar también el nombre de Querubín?.
Este bienaventurado Patriarca ¿no recoge de la misma boca de Jesús misterios desconocidos para muchos ángeles del Cielo? Por otro lado, ¿no fue encargado de cuidar a la Virgen, verdadero paraíso terrestre?
Serafín
Abrasados de la más pura caridad, los Serafines proclaman la infinita bondad de Dios, y se consagran con prontitud para darle amor por amor.
Isaías habla de los dos Serafines que entornan la Majestad de Dios. Me parece percibir a Jesús entre José y María, Serafín de corazón inflamado.
Terminemos observando que, si José es calificado como hombre angélico o Ángel de la tierra, es con justicia, porque como lo hemos mostrado, cumplió los principales oficios de los Ángeles. Poseía igualmente la integridad. Y su castidad era más meritoria que la de los Espíritus celestes. A los Ángeles, en efecto esa integridad le vine de su naturaleza incorporal.
José, que debía vivir en una carne mortal, obtenía la suya de la gracia y de su cooperación.
Oración
Bienaventurado Ángel terrestre, tu prueba terminó. Ven a ceñirte la corona que adquiriste por tus méritos. Ven, tú que tu alma ha sido separada menos pro el desfallecimiento de la naturaleza que por la naturaleza del amor. Los ángeles te esperan y re acogerán con alegría en el seno de Abrahán.
Por la felicidad que tuviste, de morir rodeado de Jesús y de María, ruega por mí, para que obtenga un tránsito similar.
Ave María